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EMBARAZO ADOLESCENTE
Para evitar un embarazo no deseado, los especialistas enfatizan la necesidad de promover en los jóvenes la iniciación sexual tardía y la abstinencia. Asimismo, mencionan que es importante darles a conocer los distintos métodos de anticoncepción, sus modos de uso y su eficacia.
Un tercio de la población joven en Chile ha experimentado un embarazo no planificado, como lo señala una encuesta realizada por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV). Así, el 60,5% de los adolescentes, declaró haber pasado por esta situación antes de cumplir los 20 años.
Este estudio reveló además que el 74,3% de los jóvenes, hombres y mujeres, utilizaron algún método preventivo en su última relación sexual .Asimismo, a medida que aumenta el nivel socioeconómico va creciendo el uso de métodos preventivos.
En relación al uso de la píldora del día después, el 91,3% de los entrevistados indicó no haberla utilizado en el último año, mientras un 7,2% declaró haberla ocupado. Esta encuesta concluyó que cuando aumenta la edad disminuye la proporción de jóvenes que la usaron.
Factores psicosociales en la conducta sexual adolescente.
Existe escasa información sobre la sexualidad de los adolescentes latinoamericanos, sin embargo, algunos estudios indican que el 50% de los jóvenes menores de 17 años es sexualmente activo.
La disfunción familiar puede impulsar una actividad sexual prematura. A su vez, en estas condiciones un embarazo puede verse como una posibilidad de escapar de un hogar conflictivo, donde generalmente existe violencia, alcoholismo y el riesgo de incesto.
Es importante señalar que en la adolescencia es difícil comprender las consecuencias de la iniciación precoz de la actividad sexual. De este modo, para quienes viven en un ambiente de pobreza y subdesarrollo, donde la movilidad social es escasa o nula, es casi imposible concebir la alternativa de evitar un embarazo.
En el plano social, las zonas de pobreza, con hacinamiento, estrés, delincuencia y alcoholismo, poseen mayor cantidad de familias disfuncionales, falta de recursos y acceso a los sistemas de salud, lo que trae como consecuencia un menor conocimiento sobre las conductas sexuales en la adolescencia.
Así, indica que los factores asociados al inicio de la actividad sexual, son los siguientes:
Inicio temprano: Pubertad temprana, abuso sexual, ausencia de padres que los apoyen, mal rendimiento escolar, participación en otras actividades de riesgo, pobreza, enfermedad mental.
Inicio tardío: Énfasis en la abstinencia, orientación a cumplimiento de metas, consistencia y firmeza de los padres en la disciplina, buen rendimiento escolar, participación regular en lugares de culto religioso.
Riesgos del embarazo precoz.
Aspectos biológicos:
La madre posee mayor riesgo de anemia, síndrome hipertensivo e infección urinaria. Asimismo, se incrementa el peligro de aborto, de complicaciones en caso de un aborto, incluso de mortalidad materna. No obstante, cuando la adolescente embarazada recibe atención oportuna y adecuada a sus necesidades, estas amenazas disminuyen considerablemente.
El hijo, a su vez, puede presentar un bajo peso al nacer, mayor riesgo de enfermedades durante el embarazo y en sus primeros días de vida (incluyendo malformaciones congénitas). Posteriormente, puede sufrir desnutrición y retardo en el desarrollo psicomotor y afectivo, incluso existen cifras altas de mortalidad en la infancia.
El padre suele experimentar un aumento del estrés y trastornos emocionales. A veces aquello es una respuesta a los problemas que lo rodean, como la exclusión de la vida del hijo por parte de la madre y/o su familia.
Aspectos psicosociales:
La madre posee más posibilidades de deserción escolar, y en el futuro puede experimentar desempleo con más frecuencia, e ingreso económico reducido de por vida. De igual manera, existe un mayor riesgo de separación o divorcio.
El hijo puede mostrar una suerte de ilegitimidad en su condición, algo común en muchos países de América Latina, lo que limita el ejercicio de sus derechos y lo diferencia de su entorno social.
El padre presenta con frecuencia deserción escolar, lo que más adelante condiciona trabajos e ingresos de menor nivel que sus pares. También muestra mayor probabilidad de separación o divorcio.
Prevención y embarazo adolescente.
La mitad de los embarazos adolescentes suceden durante los seis meses siguientes al inicio de la actividad sexual, y el 20% en el transcurso del primer mes. De estos adolescentes, no más de un 30% usó algún método anticonceptivo en ese período.
Los motivos más comunes son que pensaron que no les iba a suceder nada, no planificaron bien el momento del coito, no conocían los métodos de anticoncepción, o poseían temor a ser criticados si usaban un método anticonceptivo, entre otros.
Los expertos coinciden en que una adecuada educación sexual contribuye con la disminución de la actividad sexual precoz. Por ello es imprescindible ofrecer a los jóvenes una formación integral, fomentando valores, y enfatizando el desarrollo de actitudes y habilidades que promuevan la abstinencia.
No obstante, cuando los adolescentes son sexualmente activos, es necesario entregarles información sobre los distintos métodos anticonceptivos, cómo obtenerlos, sus modos de uso y su eficacia. Es fundamental que aquellos que tomen la decisión de utilizar algún sistema de anticoncepción reciban la guía de un adulto, idealmente de un familiar, en conjunto con un profesional de la salud.
Por Karen Pizarro Rodríguez
Periodista
Contacto. antofagastina@gmail.com
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